Dos judíos israelíes han sido detenidos por la Policía como sospechosos de escupir e insultar el sábado al abad cristiano Nikodemus Schnabel cerca de la Puerta de Sion, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, recogen medios locales que citan a las autoridades.
Según la Policía, después del interrogatorio, ambos detenidos, uno de los cuales es un menor de 17 años, fueron puestos bajo arresto domiciliario, mientras continúa la investigación. Asimismo, la entidad prometió "tolerancia cero" para incidentes de este tipo.
Schnabel, de ascendencia alemana, confirmó la veracidad de los videos del incidente, que no tardaron en hacerse virales en las redes sociales, asegurando que las imágenes muestran "una parte de la realidad" de su vida que "rara vez se filma".
Steffen Seibert, embajador alemán en Tel Aviv calificó la agresión de "espantoso comportamiento", al tiempo que expresó un especial enojo con "aquellos que les enseñan que el judaísmo significa despreciar" a cualquier otra religión. "Esto debe parar", instó.
El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino condenó el incidente en un comunicado, asegurando que las "incitaciones" de políticos de extrema derecha israelíes, como los ministros Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, además de la "cultura colonial racista, que niega la existencia del otro", son los culpables de este tipo de comportamientos.
Asimismo, en el comunicado se sugiere que las "milicias de colonos" se sienten "envalentonadas por una sensación de impunidad política y legal", lo que les anima a seguir "sembrando el odio" y "provocando" a los palestinos y a los de otras religiones.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, también ha condenado el "feo incidente" y asegura que bajo el Gobierno israelí "los de otras confesiones gozan de total libertad de culto". "En palabras del profeta: Mi casa será una casa de oración para todas las naciones", agregó.
Según el diario Haaretz, los incidentes de judíos que escupen a re fieles cristianos en Jerusalén se han generalizado, si bien los extremistas aseguran que se trata de una "antigua costumbre judía".