EE.UU. reiteró su exigencia a todos los de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para aumentar su gasto en Defensa hasta el 5 % de su PIB y España cederá.
La propuesta estadounidense ha sido respaldada por el secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte, que presentó la fórmula que establece el 3,5 % del PIB destinado a gasto militar en el sentido más estricto y un 1,5 % adicional dedicado a gastos relacionados con la defensa y la seguridad, como infraestructuras e industria.
La mayoría de los fondos se destinarán a capacidades militares duras, algo que choca con las intenciones del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, cuyo presupuesto contempla una parte mínima dedicada a armamento y otra más sustancial a cuestiones complementarias, como innovación, ciberseguridad o material para la gestión de emergencias.
España pisó el acelerador este año para alcanzar el 2 % del PIB en Defensa, comprometido hace tiempo, con un Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, que prevé la inyección de 10.471 millones de euros para alcanzar los 33.123 millones de gasto en esa materia.
Sin embargo, la exigencia de la istración Trump supone un gigantesco esfuerzo para España, puesto que su aprobación supone un incremento del 150 % con respecto a su actual presupuesto.
Un 5 % difícil de conseguir para España
La ministra de Defensa de España, Margarita Robles, defendió en Bruselas que el 2 % que habían alcanzado era suficiente, por lo que consideró que no había que establecer nuevos porcentajes, sino situar el foco en alcanzar las capacidades que habían sido asignadas a cada país.
Pese a esa oposición, España va a ceder. Robles itió que su país no boicoteará la cumbre de dentro de tres semanas. "España nunca ha sido un país de vetar. Ha sido siempre un país de llegar a acuerdos. Es un país que cree en el diálogo y España no va a vetar nada", dijo en declaraciones recogidas por elDiario.es.
Ese 5 % se antoja difícil de alcanzar. Significaría prácticamente 50.000 millones de euros más de inversión al año, difíciles de arañar en el actual escenario político del país.
Sánchez no cuenta con el aval parlamentario necesario para una incremento presupuestario de tal calibre. Su socio en el Gobierno, Sumar, no lo respalda en esa empresa y tampoco Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Bloque Nacionalista Galego (BNG) o EH-Bildu, que suelen darle espaldarazos en el Hemiciclo.
La formación más beligerante es Podemos. "El rearme es un robo que compromete los derechos de nuestras hijas/os para la próxima década", ha escrito esta mañana su secretaria general, Ione Belarra, que ha calificado el aumento del gasto militar como "una orden del fascista Trump y la OTAN".
De este modo, Sánchez se encuentra en una encrucijada: no respalda el plan de Rutte, aunque su Gobierno ya ha dicho que no lo vetará, mientras no encuentra apoyos para aumentar más el gasto en Defensa. Ese es el laberinto que deberá resolver en 20 días, cuando se celebrará la Cumbre de la OTAN que pondrá en firme el incremento.